El presidente venezolano Nicolás Maduro ganó su apuesta, cambió la dinámica venezolana. Consiguió elegir una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 30 de julio con la participación de más de 8 millones de venezolanos, de acuerdo a datos oficiales. La oposición fracasó en su intento de evitar las elecciones. Las movilizaciones no pararon Venezuela. Aunque esgrima la ilegitimidad de la ANC, no puede acusarla de ilegalidad porque la ANC responde al orden constitucional venezolano.

¿Ahora Qué? ¿Revisará la oposición revisará su ineficaz estrategia de movilización social? ¿Optará por el diálogo el sector moderado? ¿Insistirá en formar un gobierno paralelo y pedir apoyo a las fuerzas armadas, a la comunidad internacional (Washington, Colombia, México y otros gobiernos derechistas) para derrocar la dictadura chavista?

Maduro se asegura así terminar su mandato a comienzos de 2019, pero no está asegurada la irreversibilidad de la revolución bolivariana. ¿Optará Maduro por su profundización? ¿Cuáles esperanzas de salida pacífica con una oposición negada al diálogo y la ofensiva reaccionaria en América latina? La situación sigue incierta…

¿Frente a la ANC? Crear un poder paralelo

Difícil justificar que la oposición no haya participado en las elecciones a la ANC siendo que es parte del estado de derecho de la República Bolivariana, que la oposición reconoce. Las violentas movilizaciones sociales de las guarimbas con atuendos paramilitares costosos, desde abril no consiguieron evitar la elección de la ANC. No acumularon fuerza social más allá de zonas geográficas bien delimitadas de capas medias o altas. El llamado de Henrique Capriles a la “toma de Venezuela” contra la Constituyente no paralizó el país. La oposición desconoce la ANC, ¿Repitió el error de no participar, como en 2005?

La oposición radical niega que el gobierno conserva un apoyo importante de la población. El 74% de los ciudadanos apoya el diálogo en Venezuela según una encuesta Hinterlace. 56% no está dispuesto a participar en manifestaciones de la oposición. El 71% en bloqueo de calles. En el mejor de los casos debe constatarse que el país está fracturado.

La oposición derechista radical quiere una democracia que sirva sus intereses. Luego de fracasar la estrategia de derrocamiento con referendo revocatorio o llamado a elecciones, llama a la creación de un poder un poder paralelo desde la Asamblea Nacional. Nominó unilateralmente de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Acusa del temor de una dictadura de la ANC. Cobija la procuradora general Luisa Ortega destituida por la ANC.

Creemos que el diálogo y el respeto de las reglas, permite enfrentar los conflictos de poderes, que ocurren entre ejecutivo y el legislativo, en Francia o en EUA cuando están en diferentes manos. Hay creciente consenso en la oposición en que se agotó la estrategia de la movilización social insurreccional y se fortalece la oposición partidaria del dialogo. Cuál de las dos oposiciones ganará.

¿Nueva estrategia de la oposición? Las FANB?

El ataque militar contra el fuerte Paracamay (Estado de Carabobo) del 6 de agosto fracasó. Pero recuerda la opción de sectores radicales por golpear la puerta de los cuarteles, con un golpe de Estado en apoyo a un gobierno iniciado por la Asamblea Nacional.

En marzo de 1973, (Cuando los partidos de la UP ganaron las elecciones municipales) la oposición derechista en Chile optó abiertamente por la intervención militar con apoyo de la CIA, (Pese a que controlaba el Congreso). Preludio del golpe del 11 de septiembre de 1973. El problema de la oposición de derecha al gobierno de Nicolás Maduro, es que, a diferencia de la “revolución con empanadas y vino tinto” de Allende (1970-1973), la revolución “tropical” venezolana si conserva el apoyo institucional de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FAB).

En el video de justificación del intento fallido de golpe cívico militar, el ex capitán de la Guardia Nacional Bolivariana Juan Caguaripano Scott se propone como brazo armado de un poder paralelo basado en la AN. Guaripano Scott, fue «fue separado de la institución por traición a la patria y rebelión» en 2014. Según el gobierno, habría huido de Venezuela hacia Miami, Estados Unidos. Según la oposición estuvo en la clandestinidad. Otros intentos del mismo tipo fue el ataque del 27 de junio pasado liderado por el comisario Oscar Pérez, desde un helicóptero de la policía científica contra el Tribunal Supremo de Justicia.

Desgraciadamente para la oposición, las FANB son el pilar del estado de derecho de la Republica Bolivariana de Venezuela. Lo reconoce hasta la revista Newsweek y The Guardian.

¿Llamado a la injerencia de la comunidad internacional?

¿Se fortalecerá entonces la estrategia de la intervención humanitaria de la comunidad internacional? Se plantea que si la ANC, disuelve la Asamblea Nacional, debe intervenir la comunidad internacional para derrocar la dictadura. Como se recordará, el conflicto de poderes viene de que el Consejo Nacional Electoral la declaró en desacato por contar con tres diputados impugnados. (Para obtener mayoría opositora).

Fracasó en la OEA la resolución contra la Constituyente y fracasó Luis Almagro, Secretario General de la institución en aplicar la Carta Democrática contra Venezuela. La OEA no alcanzó a cumplir su rol de ministerio de colonias de Washington en su patio trasero. Los llamados a Washington para que pase del apoyo a una guerra de baja intensidad,  a una invasión abierta como en Granada, son cada vez más fuertes.

Washington trabaja. El Director de la CIA, Michael Richard Pompeo, admitió trabajar con Colombia y México para intentar derrocar a la Revolución Bolivariana. Los lobbing derechistas se agitan para que el sanguíneo presidente Trump pase a la acción.

Los gobiernos de derecha del Mercosur consiguieron finalmente votar la expulsión de Venezuela de la instancia regional. Está claro que las fuerzas reaccionarias del continente consideran que Venezuela es una pieza clave de la desarticulación de los ejes progresistas en América latina.

En lugar de optar por el dialogo, o por las elecciones de diciembre de 2018, la oposición radical insiste en su estrategia. Llama a que la comunidad internacional resuelva la crisis con una intervención militar al estilo de los años 60, dirigida por Washington, para salvar la democracia contra la dictadura. Una salida caótica porque llevaría a la guerra abierta.

La nueva ANC: ¿Se mantiene la división en Venezuela?

La elección de la ANC cambió efectivamente la dinámica impuesta por la oposición desde abril. Demostró que la oposición no es mayoría. Que no es democrática al no respetar las reglas del estado de derecho adoptadas democráticamente en Venezuela. De acuerdo a datos oficiales, más de ocho millones de electores venezolanos (41,5% del universo electoral) participaron en el escrutinio. Las mentiras de Smarcmatic han sido abundantemente criticadas. La oposición debió participar en las elecciones, como querían algunos, exigiendo garantías. No puede esgrimir el discutido referendo de la oposición el 19 de julio. Con menores mecanismos de control, consiguió mucho menos participantes. (Poco más de 7 millones).

Por ello, cundieron críticas en el seno de la oposición misma por la estrategia todo o nada de la oposición radical y del odio. Al no participar en las elecciones. Al no obtener una situación de desgobierno. La oposición más radical demostró que no puede incidir. Todo indica que Maduro terminará su mandato como previsto. En la práctica la oposición mas radical queda en la situación de depender de la intervención extranjera frente a lo que califica de gobierno ilegitimo (aunque no ilegal).

En el peor de los casos, los resultados prueban una profunda división de la sociedad venezolana revelando que la oposición no cuenta con el apoyo necesario como para negar legalidad del gobierno. ¡Un impasse! La intervención extranjera que algunos llaman en apoyo a un eventual gobierno paralelo, no hará más que aumentar el caos. Al mismo tiempo, el gobierno de Nicolás Maduro debe encontrar terreno común con sectores de la oposición para sacar el país de la crisis económica y de la espiral de violencia.

El gobierno de Nicolás Maduro puede efectivamente argumentar que ha utilizado los mecanismos institucionales para responder a la asonada derechista que quiere subvertir el orden público. Convocó al poder constituyente originario, depositó el poder allí para resolver la crisis instalada por la derecha apátrida y extremista según la ex canciller Delcy Rodríguez, elegida presidenta de la ANC.

La opción institucional de Maduro

La instalación de la ANC desarticula la campaña opositora por elecciones presidenciales ya. El presidente Maduro ya valoró el domingo que la oposición participará en las elecciones regionales de diciembre de 2017. Las elecciones de fines de 2018 serían el terreno en el que se dirimirá el conflicto entre el gobierno y oposición.

La irreversibilidad de la revolución bolivariana no está asegurado. Al igual que en Argentina o en Brasil, la oposición radical busca restaurar el modelo neoliberal y desarticular la institucionalidad bolivariana.

La revolución bolivariana, en reacción a la globalización neoliberal, rompió el sistema de partidos tradicionales venezolanos. Terminó con el pacto de Punto Fijo que estabilizó el sistema político venezolano por cuarenta años. No se necesitó un golpe de estado como en otros países latinoamericanos para asegurar la hegemonía burguesa en los 60, 70 y 80s. La crisis neoliberal provoco la ruptura del pacto de Punto Fijo. Luego del caracazo, contra el neoliberalismo (1989), surgió un nuevo actor político extra sistema, el chavismo. Un movimiento populista reformador de base militar como Velazco Alvarado en Perú. El revanchismo y la intransigencia de la oposición derechista reflejan su incomprensión del nuevo panorama venezolano.

El chavismo debe fortalecer la relación con la oposición que acepta el dialogo y respeta la constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. Buscar aislar los sectores más extremos y violentos, precisamente porque se requiere el dialogo de quienes aceptan la actual constitución. Se trata de asegurar la continuidad de la revolución bolivariana, más allá de Maduro. Nadie puede objetar la destitución, por la ANC de la procuradora general de la republica Luisa Ortega, porque no cumplió sus tareas, adoptando una actitud política. La sobrevida institucional de la revolución bolivariana depende de la continuidad de los mecanismos participativos y electorales.

¿Riesgos de la  revolución bolivariana?

Los mecanismos participativos, con la designación de representantes sectoriales en la ANC, podría fortalecer la relación del chavismo con la base social de la revolución bolivariana. Pero sectores de la izquierda venezolana (Edgardo Lander) objetan la forma en que se realizaron las elecciones de la ANC. Al mismo tiempo puede evitar la participación al favorecer el corporativismo.

Pensar que el chavismo es homogéneo significaría desconocer que fue la cristalización del descontento de las masas populares venezolanas. Que su persistencia en el poder luego de numerosos actos electorales responde a necesidades sociales.

Como en 2002, el chavismo, acorralado por el golpe de estado fomentado por la oposición de derecha y Washington, podría optar nuevamente por las grandes masas populares venezolanas. Un nuevo estrechamiento con los movimientos sociales y sus reivindicaciones en periodo de crisis puede darles un mayor protagonismo en el combate contra el desabastecimiento. Puede valorar una salida del modelo extractivista que no ha sido tocado por la revolución bolivariana.

Valga destacar la dura crítica del intelectual estadounidense Noam Chomsky, a Venezuela, Brasil, Argentina y otras experiencias progresistas. A pesar de logros evidentes, “Los gobiernos de izquierda fallaron en crear economías viables y sustentables”. El desarrollo de la participación puede atacar la corrupción en la izquierda por adoptar reflejos de la clase política tradicional. Los sectores más de izquierda ven la oportunidad de profundización de la revolución bolivariana con transformaciones en el modelo de desarrollo extractivista. Actualización del “Golpe de Timón” prometido en un momento por el fallecido presidente Hugo Chávez. Pero es una apuesta muy difícil en el contexto mundial actual. Sin conflicto Oeste-Este que salvó la revolución cubana. Con el retorno de la derecha neoliberal latinoamericana y el descalabro de los gobiernos progresistas.

¿El Imperio Contraataca?

Están además los designios del imperio. Reina la incertidumbre sobre la política del nuevo presidente Donald Trump hacia América Latina. Stephen M. Walt en Foreign Policy señala que Trump es el hazmerreir del mundo. Su política exterior se manifiesta en Tweeters erráticos.Ciertamente, Trump evidencia la declinación del imperio estadounidense. Su remplazo por un mundo multilateral. Por el despertar de la Republica Popular China. Pero Washington conserva poderío. Es evidente que pasó de la guerra hibrida de baja intensidad a una intervención abierta en Venezuela.

Nadie sabe hasta dónde puede llegar Trump. Las sanciones contra líderes venezolanos son simbólicas. Nadie cree que Nicolás Maduro tenga dineros en EUA. Seguirán las sanciones a la importación de petróleo venezolano en EUA (90 mil barriles de crudo diarios). Todas las opciones están en la mesa. Julian Assange de wikileaks, señaló que Washington ya se encontró un nuevo Irak, en Venezuela. La revelaciones de Mike Pompeo Director de la CIA en el Aspen Security Forum 2017, demuestran que trabaja activamente con Colombia y México para derrocar a Nicolás Maduro. Existe la agresión imperialista.

La pelea se da en los medios de comunicación. Se trata de justificar la intervención. El ataque de Caguaripano, un simulacro de alzamiento militar ejemplifica la manipulación de los medios extranjeros. No involucró militares activos. Sin embargo, según Reuters: “Fuerzas armadas de Venezuela controlan rebelión militar en un cuartel”. El título de Le Monde también desinforma: “Venezuela: une rébellion maïtrisée dans les rangs de l’armée”.

La Unión Europea también adhiere a la campaña contra Venezuela. Desconoce abiertamente la ANC. No aplica los criterios usaría en su suelo: invisibiliza su reacción sobre el ataque contra el cuartel Paramacay. Venezuela tambien sufre ataques informáticos a sitios oficiales en Venezuela.

Solidaridad necesaria

La revolución bolivariana cuenta con apoyos internacionales. Pero son aún insuficientes para contrarrestar la campaña en su contra. No existe un bloque internacional como el que apoyó la revolución cubana. Sin embargo, cuenta con apoyos en instancias internacionales (ONU,  Unasur, etc.) hasta en la OEA. También en países progresistas u opuestos a la hegemonía estadounidense en América latina y el mundo. Apoyos de movimientos sociales, de intelectuales entre otros. Los movimientos sociales del continente apoyan la revolución bolivariana entre otros en Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, México, Italia, Canarias. Todo indica que la solidaridad internacional deberá activarse para asegurar la continuidad del proceso político venezolano.