Este domingo 30 de julio los venezolanos deben concurrir a las urnas para elegir los 545 miembros de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC). ¿Ganará el domingo el gobierno de Maduro, su apuesta por la Constituyente gracias a una alta participación electoral? Hay consenso, hasta entre los partidarios de la oposición, que fue incapaz de detener la elección de la ANC. A pesar de un plebiscito de dudosa factura.  De la huelga general, del boicot y la toma de Venezuela de Henrique Capriles. Se propone revisar su estrategia y recurrir al apoyo internacional (La CIA, Colombia y México, sanciones de Trump). Como teme el ex vicepresidente José Vicente Rangel: “Venezuela se ahoga en el odio…”  hasta el episcopado, tiene una posición más dura que el Vaticano.

En cualquier país normal, el conflicto de poderes entre la Asamblea Nacional y los otros poderes del Estado, se hubiese traducido en una cohabitación. Compleja, pero funcional, en espera de las elecciones de diciembre de 2018. No es lo que ocurre en Venezuela, y eso  desde 1999. Ya hemos tratado de la creciente polarización y bloqueo de la política Venezolana en otros comentarios.

El gobierno de Nicolás Maduro espera que la ANC permita superar la crisis venezolana. Que fortalezca la participación popular y el apoyo al gobierno. El llamado a elecciones desarticuló una oposición golpista, pero sin influencia en las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FAB). Una oposición sin programa claro, pero obsesionada por derrocar la dictadura chavista a como dé lugar.

La apuesta por la Constituyente

El domingo 30 de julio deben elegirse 545 miembros de la AC entre 5500 aspirantes. De este total, 364 constituyentes serán territoriales, ocho indígenas y 173 miembros sectoriales: estudiantes (24), campesinos y pescadores (8), empresarios (5), personas con discapacidad (5), pensionados (28), consejos comunales (24) y trabajadores (79).

La apuesta de Maduro recuerda la del presidente Hugo Chávez Frías en 1999. Fue entonces que Chávez consiguió la adopción de la Constitución bolivariana actual. Aunque entonces se decidió por referendo. Ello recuerda que el chavismo es reactivo. Tal fue la respuesta al intento fallido de golpe de estado apoyado por Washington en 2002. Chávez lanzó después programas sociales de redistribución de ingresos gracias a la renta petrolera. Fortaleció así la base social actual del chavismo.

Con la AC, los partidarios de la revolución bolivariana esperan profundizar el socialismo del siglo 21. Que la Constitución elimine, según el chavista  Pino, a “todos los gazapos que protegían las transnacionales y la burguesía”… que la nueva ANC cambie “las relaciones sociales de producción en las que el Estado deje de estar al servicio de la burguesía y de sus intereses, par que se ponga al servicio del Pueblo”.

Han pasado muchos años y hay un natural desgaste por acumulación de errores. Como el de no diversificar la economía considerando el carácter cíclico del mercado internacional del petróleo. Este aporta el 95% de las exportaciones  venezolanas. Además, Maduro no tiene el carisma de Chávez. La apuesta de un salto delante de la revolución Bolivariana con la Constituyente, no está asegurado. Tampoco la continuidad del chavismo a fines de 2018.

¿Una ofensiva opositora ineficaz contra la Constituyente?

Las polémicas sentencias 155 y 156 del TSJ revocando los poderes de la Asamblea nacional aumentaron la presión internacional. Un error enmendado en tres días por el Consejo de defensa de la Nación. La oposición llamó abiertamente a la intervención extranjera. Luego del fracaso de Luis Almagro en conseguir la condena de Venezuela en la OEA, hay una ofensiva de gobiernos de derecha. Manuel Santos (Colombia). Santos criticó la ANC y anunció que desconocerá los resultados de las elecciones. Se teme que use su ejército en una intervención militar en Venezuela. México también se opuso a la ANC.  Por su parte Mauricio Macri de Argentina, no consiguió condenar a la ANC en el Mercosur.

Washington sigue ataques contra Venezuela. El director de la CIA Mike Pompeo el 20 de julio afirmó en la Conferencia de Seguridad en Aspen, que trabajaba duro para restablecer la democracia en Venezuela. Que la CIA coordinaba sus acciones con gobiernos de México y Colombia. El presidente Donald Trump decretó sanciones unilaterales, contra 7 venezolanos. Ellas incluyen al presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE). Sanciones rechazadas por UNASUR. Por su parte, Steven Mnuchin. Ministro de finanzas de EUA, amenazó con sanciones a todos quienes sean elegidos a la ANC.

El plebiscito de la MUD, el 16 de julio tuvo dudosos resultados considerando el número de lugares y horas de votación. La estrategia de todo o nada no funcionó nuevamente. No consiguió dividir las FAB, ni impedir las elecciones a la ANC.

Hoy en Venezuela, como ayer la burguesía chilena golpista, se opone intransigentemente al progresismo del PSUV. La oposición usa su poder económico y mediático para profundizar el desabastecimiento, la inflación y la desinformación. El gobierno es menos popular, se ha desgastado con la crisis económica, la reducción de los programas sociales y el desabastecimiento.

Complejas perspectivas post-constituyente

En vísperas de las elecciones, Venezuela es un destino peligroso. La línea aérea colombiana  AVIANCA anunció la suspensión de sus vuelos por razones de seguridad, uniéndose a Delta, Aeroméxico, Air Canadá entre otros. Washington ordeno la evacuación de los familiares del personal de la embajada de EE.UU. abandonaron el país.

Por debilidades de la oposición la oposición baraja nuevas estrategias. David Smilde propone que Washington no esté en el primer plano, porque le da argumentos a Maduro, como a Cuba. Proponen un grupo de países mediadores: Uruguay, Ecuador, Colombia, Chile, Republica Dominicana y el Salvador.  Cuba rechazó participar en una mediación por reconocer la legitimidad del gobierno venezolano. Jota Contreras, critica que la estrategia de la oposición paradojalmente fortaleció la constitución de 1999. Otros constatan que las guarimbas no funcionan más allá del este de Caracas Se preparan para la era  post-constituyente.

El jueves, el gobierno venezolano realizó multitudinario acto en Caracas donde llamó a votar masivamente. El jueves 27, Maduro llamó nuevamente la oposición al diálogo, pese al boicot de la MUD. No es la primera vez que ello ocurre. Reveló la existencia de diálogos “secretos” con la MUD e incluso con EEUU. Es probable que el gobierno retome la iniciativa con la ANC, y que pueda profundizar la revolución bolivariana. Pero las resquebrajaduras tanto en el Chavismo como en la oposición hacen dudar de las perspectivas de paz en Venezuela. Será difícil una salida política en un país en crisis económica, con conflicto abierto entre poderes del Estado y al borde de la guerra civil luego de cuatro meses de movilización social opositora apoyada por un frente internacional liderado por Washington y la OEA. Lo más probable es que siga el caos en Venezuela