En histórico balotaje Luiz Inácio Lula Da Silva derrotó al ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil el 30 de octubre. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) declaró oficialmente ganador a Lula por 50.9% contra 49.1% para Bolsonaro.

Con una clara diferencia de más de dos millones de votos válidamente emitidos, el ex presidente Lula, candidato del Partido de los Trabajadores y apoyado por una amplia coalición democrática de centro y centro derecha, obtuvo una victoria inapelable. Bolsonaro es el primer presidente brasileño en 34 años que pierde su reelección.

No se dieron los temidos anuncios de desconocimiento del resultado de las elecciones invocando un presunto fraude. No se dio el escenario trumpista, afirmado majaderamente como posibilidad por cierta prensa. Las Fuerzas Armadas no se sintieron invocadas. El Tribunal Supremo Federal ordenó que la policía levante las barricadas montadas por camioneros partidarios de Bolsonaro, una de las pocas manifestaciones, por el momento.

La victoria de Lula fue inmediatamente reconocida por decenas de jefes de Estado en el mundo. Desde Alberto Fernández de Argentina, Gabriel Boric de Chile, Gustavo Petro de Colombia, Nicolás Maduro de Venezuela. Ella se extendió fuera de América latina, hasta los presidentes estadounidense Joe Biden, del canadiense Justin Trudeau, del presidente francés Emmanuel Macron, la primer ministra italiana Giorgia Meloni, la Unión Europea, Vladimir Putin de la Federación Rusa, Xi Jinping de China, entre otros.

En Brasil mismo, numerosos aliados de Bolsonaro, reconocieron la victoria de Lula. Entre otros, el nuevo senador Sergio Moro, el juez que condenó injustamente a Lula por corrupción, condena desautorizada por el tribunal Supremo Federal. Además, el popular influencer y  nuevo diputado Nikolas Ferreira también reconoció la derrota. Asimismo, el presidente de la Cámara de Diputados Arthur Lira felicitó a Lula, ofreciéndole “dialogo y transparencia” (Publico).[1] Todo ello indica que muchos dan vuelta la hoja y, dependerá de las negociaciones y del apoyo pragmático de diputados y senadores de los partidos del Centrao que Lula pueda cumplir sus promesas.

Es así como, crecientemente aislado y bajo presiones, Bolsonaro no impugnó la victoria de Lula, como había amenazado. Ciertamente, eludió hablar abiertamente de su derrota en su discurso de apenas dos minutos en Brasilia, cuarenta y ocho horas después que el Tribunal Supremo Electoral declaró ganador a Lula, pero está claro que no habrá escenario de caos. Lo concreto es que nombró a su jefe de Gabinete Ciro Nogueira para que asegure la transición que permitirá la entronización de Lula el primero de enero de 2023.

Derrota de las maniobras del Bolsonarismo

Aunque la alta votación de Bolsonaro estuvo, ligada a años de fake news y al uso desembocado de las prebendas del aparato estatal, no consiguió imponerse en las urnas.

No resultó que arreciaran las fake news reviviendo sobre el fantasma del fraude destacadas por Maria Zupello en Infobae.[2] A días del balotaje, el hijo de Bolsonaro, diputado Eduardo Bolsonaro, pidió la postergación de la elección porque algunas radios del Nordeste se negaban a difundir mensajes de Bolsonaro (Pagina12). Alejandro de Moraes, jefe del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se negó a aceptar la excusa invocada.

Luego de políticas públicas que empobrecieron a los brasileños, distribuyó recursos estatales que superan 13 mil 600 millones de dólares al final de la campaña dejando un agujero no previsto en las arcas estatales (CLAE).[3] Una operación de compra de votos nunca vista de acuerdo a Le Monde.

Más allá de su estilo bufón, de su neofascismo desembozado, su machismo declarado, la derrota de Jair Bolsonaro se debe a su pésimo gobierno. A los catastróficos resultados de la pandemia del Covid-19 en Brasil. Bolsonaro se negó a reconocer la importancia de la pandemia en un país donde unos 700 mil de sus ciudadanos perecieron del Covid 19. No es por nada que ha sido sindicado responsable de la muerte de miles de sus conciudadanos.

Bolsonaro se transformó en heraldo de las posiciones de ultraderecha neoliberal que sumieron nuevamente en la pobreza a más de treinta millones de brasileños. Brasil volvió a inscribir su nombre entre las naciones más desiguales del planeta y a volver al mapa del hambre de la FAO. Su pésimo manejo le hizo perder el apoyo de sectores de la burguesía nacional.

Bolsonaro llevó a que Brasil pasara de ser un actor influyente en el mundo bajo Lula, a un paria internacional. También incidió el creciente aislamiento internacional de Brasil producto de sus políticas relativas al cambio climático, entre otras. Ubicó a Brasil entre los estados agnósticos del cambio climático, aumentando con funestas consecuencias la deforestación en la Amazonía.

Lo cierto es que se transformó en cabeza de puente de los movimientos ultraderechistas que han surgido en el mundo en los últimos años. Desde el Húngaro Orben, hasta Donald Trump, pasando por la primera ministra italiana Giorgia Meloni de los Frateli de Italia. La elección en Brasil movilizó fuerzas y movimientos de ultraderecha en todo el mundo. Su derrota afecta los populismos de ultraderecha y los neofascismos en América latina y el mundo.

Hacia un Nuevo Ciclo en Brasil y América Latina

Es así como Lula obtuvo el apoyo de sectores del centro político fortaleciendo su votación. Lula también consiguió apoyo de evangélicos de izquierda (Mariano Schuster).[4] De acuerdo a los observadores Luiz Inácio Lula da Silva ganó en el último debate televisivo del viernes 28 de octubre (Página12).[5]

Al elegir a Lula, el pueblo brasileño demostró que era posible derrotar las fake news del autoritarismo Bolsonarista y el uso desembozado de los recursos del Estado en su campaña de compra de votos.

Termina así, el funesto ciclo antidemocrático iniciado con el Golpe Institucional contra la presidenta Dilma Rousseff en 2016. Un proceso que continuó con el mandato del presidente de facto Michel Temer. Que continuó con la utilización del aparato judicial, liderado por quien fue ministro de Bolsonaro, el exjuez Sergio Moro, enterrándolo en prisión, para impedir la participación de Lula en las elecciones de 2018, en las que era el favorito de las encuestas.

La proscripción del Lula facilitó la victoria del ultraderechista presidente Bolsonaro, admirador de la dictadura militar brasileña (1964-1985), un admirador del expresidente estadounidense Donald Trump y transformado en lo que el periódico LaVanguardia, califica eufemísticamente de esperanza de la derecha radical mundial.[6]

La anulación de las acusaciones contra Lula, que debió pasar 18 meses detenido, su rehabilitación y victoria electoral demuestra que es posible derrotar las fake news y, como señalaba el propio Lula en su discurso de aceptación de la victoria, contra quién utiliza mañosamente el aparato estatal brasileño.

Es así como la victoria de Lula encarna la esperanza de responder a la autocracia y tendencias neofascistas con mayor democracia. Consiguió establecer un frente amplio que prefiere la democracia.

La victoria de Lula abre las posibilidades de retorno de políticas públicas progresistas de distribución de ingresos e inclusión social. Y es que la plataforma electoral de Lula, tiene el antecedente valorizador de las políticas públicas progresistas de los gobiernos del Partido de los trabajadores.

En su discurso, Lula afirmó, “Si podemos exportar alimentos a todo el mundo, cada brasileño debería poder comer tres veces al día”. En Brasil la victoria de Lula significa el fin de seis años de pérdida de derechos, un grito de liberación según Julia Giulani.[7] Lula confirmó las promesas de su programa de gobierno y de la carta al pueblo brasileño a pocos días del balotaje, la reanudación del crecimiento económico y los derechos sociales (Resumenlatinoamericano).

El retorno de Lula al poder significa el retorno del país más poblado de la región latinoamericana a fortalecer la nueva oleada de gobiernos progresistas en la región Desde AMLO en México Hasta Luis Arce en Bolivia. Ciertamente, ello abre al mismo una importante reflexión sobre los desafíos de las izquierdas latinoamericanas, pero ello será fruto de los próximos debates.

NOTAS


[1] Agencia EFE. (30 de octubre de 2022) El presidente de la Cámara baja de Brasil, firme aliado de Bolsonaro, reconoce la victoria de Lula y le felicita. Público. Consultado en: https://www.publico.es/internacional/presidente-camara-baja-brasil-firme-aliado-bolsonaro-reconoce-victoria-lula-le-felicita.html

[2] Maria Zuppello. (28 de octubre de 2022. Comenzó la cuenta regresiva hacia el ballotage en Brasil en medios de nuevas denuncias entre Jair Bolsonaro y Lula da Silva. Infobae. Consultar en: https://www.infobae.com/america/america-latina/2022/10/28/comenzo-la-cuenta-regresiva-hacia-el-ballotage-en-brasil-en-medio-de-nuevas-denuncias-entre-jair-bolsonaro-y-lula-da-silva/ 

[3] Juraima Almeida y Aram Aharonian. (27 de octubre de 2022) Brasil define entre democracia o autocracia ultraderechista: el mundo expectante. Centro latinoamericano de análisis estratégico, CLAE. Consultado en: https://estrategia.la/2022/10/27/brasil-define-entre-democracia-o-autocracia-ultraderechista-el-mundo-expectante/

[4] Mariano Schuster (24 de octubre de 2022) En Brasil, los evangélicos de izquierda nadan contra la corriente. Revista Sur. Consultado en: https://www.sur.org.co/en-brasil-los-evangelicos-de-izquierda-nadan-contra-la-corriente/ 

[5] Página 12. (29 de octubre de 2022) Dos nuevos sondeos en torno al debate. Página 12. Consultado en: https://www.pagina12.com.ar/493379-dos-nuevos-sondeos-en-torno-al-debate

[6] Andy Robinson. (30 de octubre de 2022) Lula disputa la presidencia a Bolsonaro, esperanza de la derecha radical mundial. La Vanguardia. Consultar en: https://www.lavanguardia.com/internacional/20221030/8587428/lula-disputa-presidencia-bolsonaro-esperanza-derecha-radical-mundial.html

[7] Julia Giuliani, Resumen latinoamericano, (29 de octubre de 2022) Brasil. Esperando el milagro: A horas de que se encienda nuevamente una luz de esperanza para Latinoamérica. Resumen Latinoamericano. Consultado en: https://www.resumenlatinoamericano.org/2022/10/29/brasil-esperando-el-milagro-a-horas-de-que-se-encienda-nuevamente-una-luz-de-esperanza-para-latinoamerica/